PR20_Iñaki Gabilondo | Borja Antón

El periodismo se encuentra en plena transición. El modelo informativo se renueva a una velocidad vertiginosa y de forma constante. Sin embargo, ese cambio pasa desapercibido para los profesionales de la información, cuya labor les impide percatarse de que las redes sociales se han convertido en el motor de la sociedad, y de que la información ya no es cosa de periodistas. Iñaki Gabilondo parte de estas premisas para reflexionar, desde un enfoque más profesional, sobre el “fin de esta época”.

Su extensa trayectoria en la profesión da fe de ello, pues es capaz de analizar varios aspectos de esa transformación: por un lado, afirma que la forma de transmitir las noticias ha dado un giro radical, lo que las despoja del carácter humano y las envuelve de forma artificial, con el único fin de salir al mercado. Por otro, Gabilondo incide en que el informador adquiere el papel de “gobernador”,  y, muchas veces, se olvida de que su tarea consiste en informar con rigor y objetividad.

Iñaki Gabilondo cree que el periodismo se encuentra cada vez más alejado de la vida

Esas dos conclusiones desembocan en otra idea más general: si los periodistas ofrecen una información vacua, carente de verdaderos contenidos y con tendencia a la amoralidad, ¿qué pretenden mostrar a los lectores, espectadores y oyentes? ¿Dónde queda la profesionalidad y ética periodística? El autor no duda en explicar que ese comportamiento es el que empaña la imagen de los medios, el que genera desconfianza y provoca erupciones en el público. En definitiva, lo que convierte al “periodismo en una actividad odiosa”.

Tampoco se olvida de otros temas candentes, que afectan y tocan de lleno al universo informativo: El auge de Internet como herramienta indispensable, la decadencia de la figura del freelance o la falta de autocrítica en los medios (especialmente, en los más profesionales). De esta forma, Gabilondo ofrece, a modo de consejo y lección, un recorrido por la actividad periodística en su totalidad.

VALORACIÓN PERSONAL

Desde el comienzo del libro, Iñaki Gabilondo quiere dejar clara cuáles van a ser las directrices que va a seguir su ensayo. De hecho, en el título ya apunta hacia su tesis: el fin de una época, el comienzo de una era. Con esta ambivalencia, el autor explica que la información necesita de la evolución, cerrar un ciclo para comenzar otro.

Esa renovación es necesaria en todas las ramas y aspectos del Periodismo, empezando por sus impulsores. Según Gabilondo, los periodistas tienen derecho a cambiar de opinión, a pulir sus ideas sin derecho a réplica. “Nos es posible cambiar honradamente la mirada, lo cual no equivale a traicionar nuestros puntos de vista”, apunta. Sin duda, una premisa atrevida, pero certera, que invita a reflexión: ¿por qué un periodista, que trabaja con un elemento tan variable como la información, no puede adaptarse al medio? ¿Qué razón hay para que su pensamiento permanezca inamovible?

Esta es sólo una de las múltiples cavilaciones que aparecen en la obra del ex director de Hoy por hoy, cuyo bagaje se hace patente en su redacción y su madurez narrativa.

No obstante, esa calidad no es la misma que pueda encontrarse en un manual. Y no, precisamente, porque la escritura o la exposición de las ideas sean confusas o inequívocas. Al contrario: Gabilondo expone sus argumentos de forma lógica e inteligente, persuadiendo al lector, convenciéndole de que sus razonamientos son los adecuados. Pero es ahí donde radica la principal desventaja del libro. Las palabras de Gabilondo son, como reza el título del videoblog donde participa en La Ser, “la voz de Iñaki”.

Gabilondo presenta su libro en Granada

Incapaz de desprenderse de la subjetividad, el autor apela al lector sin tapujos: “Actualmente asistimos a la reaparición inesperada de un pensamiento ultraderechista quintaesenciado en el grupo de Intereconomía y medios afines, directamente consagrados al terrorismo informativo”. Sin embargo, el periodista lo sabe. Conoce sus fortalezas, pero también sus limitaciones. Y por ello, no duda en confesar: “Hay gente entre los socialistas que sabe que tengo mucha más simpatía por el PSOE que por el Partido Popular”. De esta forma, aunque se sepa cuál es su papel y qué personaje interpreta, no se puede negar cierta honradez en esas palabras.

Sea como fuere, la obra resulta estimulante para cualquier interesado en conocer una perspectiva más clásica (que no desfasada) de ejercer el periodismo.

CITAS

– “La gente sólo puede tener una mayor información si vive de una determinada manera en un mundo más o menos relacionado con lo que ocurre, en el mundo de la cultura, en el mundo de la sociedad en transformación”.

– “Sólo puede alcanzarse un conocimiento cabal si somos capaces de adentrarnos en un determinado grado de dificultad”.

– “No sé si el periodismo es el cuarto poder, el segundo o el tercero. Pero no es ni mucho menos el primero: nosotros no tenemos que gobernar, no tenemos que impartir justicia”.

– “El periodismo da por sentado que su misión es vigilar, pero no se le ha ocurrido pensar que si a quién vigila es a los poderes públicos, entre ellos está el nuestro”.

– “La guerra de estrellas con su vanidad, su liderazgo, su dinero y sus reconocimientos ha sido poco analizada y, con frecuencia, se ha disfrazado de ideología”.

-“El periodismo, en fin, se encuentra cada vez más alejado de la vida”.

– “Internet no tiene ningún porvenir si sus contenidos no vienen avalados por un tipo de solvencia que garantice el rigor y la credibilidad”.

-“En lo sucesivo, el ciudadano va a necesitar menos periodistas testigo y más periodistas contextualizadores de los hechos, o lo que es lo mismo, intérpretes de lo que ocurre”.

– “Nos es posible cambiar honradamente la mirada, lo cual no equivale a traicionar nuestros puntos de vista”.

– “Las auténticas dificultades éticas están relacionadas con la lealtad con los oyentes y los espectadores”.

FICHA TÉCNICA

 Autor: Iñaki Gabilondo.

 Título: El fin de una época. Sobre el oficio de contar las cosas.

Editorial: Barril Barral. Barcelona, 2011. 2ª edición.

Páginas: 174.