PR18_Jornadas de Periodismo | Borja Antón

Que Internet es la herramienta fundamental e indispensable para cualquier profesional de la comunicación, es algo evidente. Pero que el ordenador ha quedado obsoleto como formato para acceder al universo web, es algo más o menos reciente. En la era digital, el ecosistema informativo está avanzando y dando saltos a un ritmo vertiginoso, tanto en la forma como en el contenido. Ahora, la información se transmite de forma más sintetizada, hipertextualizada y multimedia a través de nuevos soportes que permiten acceder a ella de manera instantánea y desde cualquier sitio.

Sin embargo, esta nueva realidad, a priori bastante consolidada, no se ha adaptado a los medios más convencionales, que rechazan la idea de que Internet acabe con el papel y de que el periodismo se encuentre en pleno proceso de “mutación”. Este debate fue uno de los temas principales de las VII Jornadas Internacionales de Periodismo, bautizadas, precisamente, con el nombre de “Periodismo mutante, nuevos perfiles para medios en transformación” y que tuvieron lugar en el Aula Magna de la Universidad Miguel Hernández.

Esa transformación a la que alude el título suscita infinidad de teorías y discusiones al respecto. Luis Collado, director de Google News en España, defiende el punto de vista del lector como núcleo mediático y como impulsor (e, incluso, generador) de este movimiento. “Todos consumimos mucha información a través de Internet, especialmente, ahora, cuando existen más personas que consumen información que antes no lo hacían a través de medios profesionales”, explica. Esto conduce a un inminente cambio en el sujeto que se sitúa frente a la red:

Por un lado, el usuario adquiere mayor protagonismo, necesita participar de forma activa y dar su opinión sobre cualquier tema. Tal y como señala Collado, “todos ponemos nuestra información en Facebook, la gente quiere compartir aquello que le interesa”. Además, ese cambio de hábitos implica mayor accesibilidad, un incremento de la información y, por tanto, una elección más libre de los contenidos. Pero también provoca, inevitablemente, que el lector actúe de forma infiel: “Cuando compraba en periódico papel, compraba uno y tenía que asumir que toda mi información se basaba en ese, en una lealtad firme. Ahora la información se contrasta en Internet a través de varios portales”, puntualiza.

No obstante, la metamorfosis que ha experimentado el periodismo deja tras de sí un interrogante que genera conflicto: ¿Qué ocurre con la prensa escrita? El director de GoogleNews recurre a la metáfora: “Aunque la gente vaya en coche y no a caballo, éstos no han dejado de existir; lo mismo pasa con la prensa e Internet”.

En línea con esta tendencia, el ex director de ADN, Albert Montagut (también presente en las charlas), acude a Steve Jobs para mostrar su opinión: “Démosle un poco de rigor editorial. No convirtamos Internet en un imperio de blogueros”. Es decir, que hay que aprovechar esa vuelta de tuerca con sentido común, adoptando (y adaptando) las oportunidades que ofrece Internet sin olvidar los principios y valores que conforman la ética periodística.

Montagut cree firmemente en que lo importante no es la firma, sino escribir y saber transmitir y, sobre todo que “la aportación a la opinión pública deber ser la objetividad, puesto que el  periodismo es sinónimo de calidad y veracidad”.

En contraposición, hay que tener en cuenta que esa rigurosidad no se consigue sólo a través de la web. Javier Espinosa, periodista de El Mundo, define el buen periodismo como «ir a un sitio, hablar con la gente y contar una historia que explique lo que ha pasado». Defiende, también, que la calidad informativa no tiene por qué ir reñida con la rentabilidad, y acusa a los periodistas de ser los culpables de la crisis actual por «creer ser el cuarto poder cuando solo somos transmisores de lo que pasa«. Con respecto a Internet, añade  que no hay que no se tiene que confundir el periodismo en sí mismo, como ciencia, con la comunicación «en tapitas» de Facebook o Twiter.

Pero no todo reside en periodismo tradicional. La industria mediática se enfrenta a la producción individual de contenidos y debe enfrentarse a ellos sin temor. Así lo cree el consejero delegado de Reuters, Tom Glocer, cuyas declaraciones en una entrevista de El País resultan contudentes: “No todo el consumo de medios será de blogs en el futuro, pero no podemos cometer el mismo error que en los inicios de Internet. Protegerse no es bueno”. Por tanto, si los navegantes pretenden convertirse en autores y editores al mismo tiempo, con la ayuda de la tecnología, a  los medios no les queda más remedio que integrarse en esta realidad y convertirla en estrategia.

Sea como fuere, lo cierto es que las Jornadas sí se volcaron en el uso de las nuevas tecnologías para predicar con el ejemplo y demostrar que existe comunicación más allá de las palabras: la retransmisión en streaming a través de su página web, el seguimiento de las ponencias a través de Twitter o el uso del hastag #jpumh (que se convirtió en Trending Topic en España) dan constancia de ello.